Devuélvemela (título original Bring Her Back, estreno: 1 de agosto de 2025), con elementos de trama, atmósfera, personajes y valoración crítica:
Andy y su hermanastra Piper quedan huérfanos tras la inesperada muerte de su padre, encontrado en la ducha. Andy, a punto de cumplir 18 años, aspira a tomar legalmente la custodia de Piper, que padece una discapacidad visual severa. Hasta entonces deben adaptarse a un hogar de acogida, separándose emocionalmente de lo que una vez fue su vida normal.
Acaban en la casa aparentemente amigable de Laura (interpretada por Sally Hawkins), una mujer que también ha sufrido una pérdida devastadora: la de su hija pequeña, Cathy. La casa está adaptada para la discapacidad visual de Piper, lo que inicialmente da la sensación de cuidado e inclusión. Junto a Laura vive también Oliver, un niño mudo de conducta extraña, cuya presencia genera desconcierto desde el primer momento
La atmósfera se va tornando inquietante. Laura muestra un comportamiento excéntrico y hostil hacia Andy, mientras cuida con mimo a Piper. A través de viejas cintas VHS, símbolos perturbadores y acciones sutiles, la tensión se va construyendo. Pronto se revela que Laura lleva a cabo un ritual antinatural para transferir el alma de su hija fallecida al cuerpo de Piper, con la esperanza de devolverle la vida
A medida que Andy y Piper descubren los oscuros secretos que se esconden detrás de la fachada maternal, el filme oscila entre el horror psicológico y el gore más visceral. La película elimina los sustos fáciles y opta por una exposición gradual de la violencia, tanto física como emocional. La madre adoptiva, lejos de parecer terrorista en el sentido clásico, se presenta como una persona rota por el dolor, cegada por la pérdida y capaz de cruzar líneas éticas irreversibles por amor obsesivo
Andy emerge como personaje central, protector de su hermana y enfrentando su propio trauma con madurez prematura y miedo. Piper, vulnerable y cega, se convierte en víctima no solo física sino emocional de una madre quebrada. Oliver, el otro niño de la casa, actúa como figura inquietante e inexpresiva, casi simbólica del control y el ritual que se trama entre paredes silenciosas
Algunos críticos han comparado la propuesta con cuentos clásicos como Hansel y Gretel, donde dos niños ingenuos enfrentan a una bruja moderna. Sin embargo, esta reinvención está cargada de horror contemporáneo: lo sobrenatural es tangible pero también crueldad pura, despojada de glamour. La narrativa está impregnada de simbolismo: círculos, agua, cámaras VHS, que subrayan temas de renacimiento, trauma y ritual
La tensión crece hasta momentos extremadamente perturbadores: escenas de violencia explícita, efectos prácticos sangrientos que van más allá de lo tolerable. El tramo final es una explosión narrativa en la que el ritual alcanza su clímax, aunque el cine apuesta más por lo visual que por la lógica narrativa. El desenlace ofrece pocas respuestas consolidadas: la hija regresa, pero algo no encaja del todo. La figura maternal queda transformada para siempre, y los niños enfrentan un trauma aún mayor. El final deja una fractura emocional irreparable, con un suspenso inquietante que refuerza la idea de que nada bueno surgirá de esa resurrección forzada ni del duelo que nunca sana cinesinfiltro.es.
A nivel interpretativo, Sally Hawkins ofrece una actuación magistral, transformándose en una figura maternal que encarna ternura y locura en una misma mirada. Se alternan momentos conmovedores con terror visceral: Hawkins es el eje emocional más poderoso de la película. Los jóvenes Billy Barratt y Sora Wong (interpretando a Andy y Piper) sostienen el filme con autenticidad y sensibilidad, capaces de transmitir fragilidad, miedo y amor fraternal. Jonah Wren Phillips, en el papel de Oliver, destaca por su presencia inquietante, silenciosa pero cargada de tensión
Valoración crítica:
La mayoría de los medios coincide en el carácter abrasivo de la película: hermosa en su puesta en escena, pero profundamente incómoda en su contenido. Para muchos, hay un punto donde el horror deja de ser metafórico y se vuelve casi sádico. El País describe la experiencia como “angustia física” más que miedo convencional, un espejo roto frente al espectador que muestra el sufrimiento infantil sin anestesia
HobbyConsolas la considera probablemente la mejor película de terror del año, gracias a su intensidad emocional, montaje preciso, calidad técnica y valentía narrativa. Pero advierte: “no es apta para estómagos sensibles”
Sin embargo, otros críticos señalan que la estructura narrativa cojea en la segunda parte, con altibajos que debilitan el impacto dramático previsto. En conjunto, una propuesta visualmente potente y emocionalmente extrema, pero que no logra alcanzar la fluidez y coherencia de su ópera prima, Háblame
En resumen, Devuélvemela se presenta como una experiencia cinematográfica que no busca entretener suavemente, sino empujar al espectador hasta los límites del horror emocional. Es una obra de terror que utiliza lo sobrenatural como reflejo del duelo, la culpa y la imposibilidad de sanar. Con actuaciones destacadas, una dirección ambiciosa y efectos prácticos impactantes, esta película deja una marca indeleble, aunque a costa del confort emocional. No es una película fácil de ver, pero sí imposible de olvidar.
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